Nacido en un pequeño pueblo de Baviera, Krauß era hijo de un religioso. Se escapó de casa y se unió a una compañía teatral ambulante. Allí conoció al afamado director Max Reinhardt. Reinhardt llevó a Krauß a Berlín, donde se convirtió en actor en 1916.
Werner Krauß obtuvo fama internacional por su interpretación del personaje que daba el título al filme “El gabinete del doctor Caligari” (Robert Wiene, 1920). También interpretó el papel principal de “Otelo” de William Shakespeare en una adaptación de 1920, así como el de Yago en otra de 1922. Otros papeles destacables fueron en “El gabinete de las figuras de cera” (Das Wachsfigurenkabinett, Paul Leni, 1924), “Varieté” (Ewald André Dupont, 1925), Tartufo (Tartüff, Friedrich Wilhelm Murnau, 1926), “El estudiante de Praga” (Der Student von Prag, Henrik Galeen, 1926) y Napoleon auf St. Helena (1929).
Cuando Adolf Hitler subió al poder en Alemania, Krauß abrazó la ideología nazi. Fue elevado a la categoría de “Actor del Estado” (Staatsschauspieler) por Joseph Goebbels e interpretó dos papeles de estereotipos judíos (el rabino Loew y el secretario Levy) en la película de propaganda antisemita de Veit Harlan “El judío Süß” (1940). Asimismo, interpretó a Shylock en “El mercader de Venecia” en el Burgtheater de Viena en 1943.
En 1944 fue incluido en la Gottbegnadeten-Liste de Goebbels, en la que figuraban más de 1.000 personas relacionadas con el mundo de la cultura que quedaban exentas de ser enviadas al frente (la lista incluía personalidades como Carl Orff o Herbert von Karajan).
Tras la Segunda Guerra Mundial, pasó por el proceso de desnazificación entre 1947-48, se le perdonó su pasado afín al nacionalsocialismo e incluso fue invitado a festivales de cine en su país.